En Recetas Nestlé® exploramos cómo preparar este postre para que quede delicioso y hermoso
El cheesecake es, sin ninguna duda, uno de los postres más conocidos y ricos que podemos preparar. Sin embargo, al momento de ponernos el delantal y cocinarlo, a veces sale con grietas o con un relleno que no tiene la textura que buscamos.
En Recetas Nestlé® queremos preparar los mejores platos, por eso acá vamos a explorar el cheesecake con algunas recomendaciones al momento de cocinarlo y unas cuantas ideas para darle un giro único.
LAS TRES PARTES DE UN CHEESECAKE
Aunque existen diferentes tipos de cheesecake que varían en algunos ingredientes y, por esto mismo, en sus sabores, este maravilloso postre tiene ciertas características que no pueden faltar, al menos cuando pensamos en sus versiones más conocidas.
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LA BASE
Es la parte más dura del postre y, en sus mejores versiones, sobresale por esa textura crujiente que contrasta con el resto del plato.
Normalmente se hace con galletas trituradas, junto a mantequilla derretida y azúcar, pero también nos ofrece una estupenda posibilidad para darle un giro personal.
- EL RELLENO
El nombre “cheesecake”, que en español significa torta de queso, viene de esta parte del postre. En su versión más conocida, la estadounidense, se usa queso crema, pero también es posible hacerlo con ricota (como en Italia) u otro tipo de queso. Acá es importante tener una textura suave y que no veamos grietas.
- SALSAS, TOPPINGS Y DECORACIÓN
Un cheesecake totalmente básico puede tener únicamente la base y el relleno, pero los más cautivantes y deliciosos no se quedan ahí, sino que siguen jugando con sabores y colores.
Las salsas frutales, como de maracuyá o frutos rojos, son las más comunes, pero también puede llevar chocolate. Algunos frutos del bosque, chips de chocolate o flores comestibles aportan a la decoración e imagen del plato.
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TIPS Y CONSEJOS PARA HACER EL MEJOR CHEESECAKE
En la cocina es muy importante practicar para preparar los mejores platos, con el sabor, la textura, el color y el aroma que buscamos. Por esto mismo, es posible que las primeras veces que queramos cocinar un cheesecake no tengamos el resultado que pensábamos.
Hay muchas variables. Puede que la base se desmorone al momento de desmontar el postre, que quede demasiado dura o muy suave, que el relleno se destruya, que tenga grietas o que se desarme una porción al momento de servirla.
Sin embargo, no tenemos que preocuparnos. Existen algunos trucos y recomendaciones que ayudan a evitar que nuestro cheesecake termine como la descripción anterior.
RECOMENDACIONES PARA ANTES DE EMPEZAR A COCINAR
- Ojo con la temperatura de los ingredientes: antes de empezar a cocinar y mezclar los ingredientes necesitamos que estén a temperatura ambiente. Esto es muy importante porque puede afectar e incluso arruinar el resultado final. Es mejor sacar aquellos que tenemos en el refrigerador unos 30 o 40 minutos antes de usarlos.
- Asegurar las cantidades: hay quienes dicen que “la repostería es una ciencia exacta” puesto que un pequeño cambio en la cantidad de los ingredientes puede alterar el resultado final. No queremos darnos cuenta a mitad de camino de que no tenemos suficiente azúcar o queso, así que es mejor repasar la receta y revisar que podemos hacer nuestro cheesecake como lo piden las instrucciones.
- Ordenar la mesa: este punto está totalmente relacionado con el anterior. Para facilitarnos la vida mientras cocinamos es mejor ordenar el lugar donde vamos a trabajar, con nuestros ingredientes a temperatura ambiente y con la cantidad que pide la receta. Así vamos a tener todo a la mano.
RECETAS DE CHEESECAKE:
RECOMENDACIONES PARA LA BASE
- Engrasar el molde: una de las imágenes más tristes al cocinar este postre es seguir las instrucciones al pie de la letra y, al final, cuando vamos a desmoldar el cheesecake, la base se queda pegada y se destruye todo. Para evitar este momento de frustración, únicamente tenemos que usar mantequilla para engrasar.
- Vale la pena pensar en las galletas: en el mercado hay un montón de opciones de galletas para hacer la base del cheesecake, entre dulces, saladas y con otros sabores. Si las que vamos a usar son dulces, es mejor reducir la cantidad de azúcar para que no quede tan fuerte.
- La textura de la base: al triturar las galletas y mezclarlas con la mantequilla no queremos que esta mezcla quede seca, pero tampoco tan húmeda. Un buen truco para lograr la textura ideal es tomar una cucharada de la mezcla y darle vuelta sobre la mano o la mesa, formando media esfera. Si la figura se mantiene y no se desarma, significa que está lista.
RECOMENDACIONES PARA EL RELLENO
- No es necesario mezclar demasiado: en repostería hay algunas preparaciones que necesitan de bastante aire para funcionar, como ciertas tortas. En el cheesecake no es necesario, así que al momento de batir los ingredientes queremos hacerlo hasta que se integren, no mucho más. Si usamos una batidora eléctrica, es mejor utilizarla a una velocidad media.
- Añadir algunos ingredientes poco a poco: aunque varían dependiendo de la receta, hay algunos elementos que es mejor agregar despacio a nuestra mezcla del relleno para asegurarnos de que se integran mejor. Por ejemplo, es mejor añadir los huevos uno por uno y la harina por partes para evitar grumos.
RECOMENDACIONES AL MOMENTO DE HORNEAR
- El horno se mantiene cerrado: esto aplica para cualquier preparación de repostería en la que se usa el horno. En el caso del cheesecake, si abrimos el horno durante la cocción, el calor se sale y la temperatura baja, creando grietas en nuestro postre.
- Cuidado con el baño María: los métodos de cocción del cheesecake pueden variar dependiendo de la receta. Hay algunas en las que ni se usa el horno y otras en las que se cocina al baño María. En este último caso, es fundamental que el agua no toque la base ni el relleno.
- Enfriar antes de llevar al refrigerador: hablamos de un postre frágil y los cambios de temperatura lo afectan bastante. Por eso no es recomendable llevarlo directamente del horno a refrigerar, es mejor dejarlo enfriar por un rato.
IDEAS PARA PERSONALIZAR UN CHEESECAKE
Una de las grandes cualidades que tiene este postre es que podemos darle un giro personal a cualquiera de sus partes, desde la base, hasta los toppings y la salsa, pasando por el relleno.
Sin embargo, nuestro consejo es primero conocer y familiarizarse con el cheesecake y su proceso de preparación tradicional. Una vez ya sepamos cómo hacerlo correctamente, con una base crujiente y un relleno sin grietas, es momento de empezar a jugar con sus ingredientes.
- Una base más allá de las galletas: una buena opción para darle un giro, tanto en el sabor como en el aroma, es añadir algunos frutos secos triturados. Acá tenemos muchísimas opciones, como nueces, almendras, maníes o piñones. Incluso, podemos remplazar por completo las galletas.
- El relleno, un universo de opciones: aunque hay ingredientes que no pueden faltar acá, como el queso, hay otros elementos con los que podemos jugar para añadir sabores que le dan más personalidad al cheesecake. Sin embargo, es importante fijarse en las cantidades para que no arruinen la mezcla. Algunas ideas son Leche Condensada Nestlé®, esencia de vainilla o ralladura de limón.
¿CÓMO DECORAR ESTE POSTRE?
Aunque podemos jugar con la base y el relleno, cuando pensamos en personalizar un cheesecake es en la decoración donde hallamos la mayoría de las oportunidades. Al final, es un lienzo en blanco que podemos pintar con colores, sabores y aromas.
- Frutos rojos: acá podemos usar una mezcla de frutas como frutillas, moras, frambuesas y cerezas, o enfocarnos en una sola. Ambas opciones son deliciosas y nos permiten hacer salsas, pero también usar la fruta cruda.
- Glaseados: esta es una de las coberturas más populares cuando nos enfocamos en los postres, además, hay preparaciones muy sencillas que podemos hacer para darle personalidad a nuestro cheesecake.
- Más galletas: aunque son protagonistas en la base, también funcionan muy bien como toppings. En este caso vale la pena que no sean las mismas que usamos en la parte inferior, en cambio, podemos pensar en los sabores que nos ofrecen, como chocolate o vainilla.
- Mermelada: esta opción nos entrega una paleta de sabores gigantesca que, además, también aporta colores cautivantes que llaman la atención. Una de frutillas de color rojo, de piña de color amarillo o de moras con tonos oscuros son algunas ideas deliciosas.
- Flores comestible: si queremos que nuestro cheesecake llame la atención a simple vista, las flores con maravillosas para hacerlo mucho más atractivo. Y aunque usualmente se piensa que únicamente sirven como decoración, en realidad también pueden aportar sabores.
TIPOS DE CHEESECAKE
Para terminar este repaso a través del universo de este postre, vamos a hablar de algunos de los tipos de cheesecake más conocidos e interesantes.
- New York cheesecake: un verdadero clásico cuando hablamos de este postre. El relleno suele ser muy cremoso debido a que se usa crema de leche o crema agria en su preparación.
- Cheesecake sin horno: acá no es necesario usar huevos y es un postre que únicamente necesita refrigeración. Para que mantenga su estabilidad, usualmente se usa gelatina sin sabor (grenetina).
- Cheesecake con queso ricota: podríamos también llamarlo un cheesecake a la italiana, que se diferencia del resto por usar un queso menos cremoso, lo cual repercute una textura más dura y seca.
- Cheesecake japonés: a diferencia de los ejemplos anteriores, la versión japonesa no tiene una base, en cambio, el relleno es mucho más estable y esponjoso, por lo que al final terminamos con una textura que se puede parecer a la de una mousse.
Fuentes:
Light and Creamy Cheesecake Recipe. Preppy Kitchen
The Best Technique for Classic Cheesecake | Tips for a Light and Creamy Recipe | Kitchen Conundrums.
http://www.deleitese.co/cheesecake-un-postre-cremoso-e-irresistible-966
https://divascancook.com/how-to-make-cheesecake-cheesecake-making-tips-recipes-secrets/
https://thekitchencommunity.org/cheesecake-topping-ideas/
https://greatist.com/eat/different-types-of-cheesecake
Japanese Souffle Cheesecake [Super Fluffy & Jiggly]